Sam Taylor-Johnson es una directora de cine famosa por encargarse de dirigir películas como Mi nombre es John Lennon (2011), aunque su éxito más importante fue la adaptación cinematográfica de la conocida saga de literatura erótica Cincuenta sombras de Grey. Sin embargo, la directora declaraba que no había sido nada fácil trabajar con la autora inglesa.
Parece ser que tenían visiones diferentes constantemente acerca de cada escena, las cuales eran siempre polos opuestos. Según lo que contó, «cada escena era una pelea» y tenían que llegar de algún modo a una resolución, pero seguía el tira y afloja de la visión de la directora en contra de la autora. E. L. James insistía en hacer aquello que esperaban los fans, mientras que Taylor-Johnson quería cumplir esas expectativas pero darle una nueva versión a la historia.
Después de la experiencia, añadió que no vería ninguna de las secuelas de la saga porque no tenía interés en ellas en absoluto. Aunque dice no arrepentirse de haberse dirigido la película, la contestación de Sam Taylor-Johnson a si volvería a embarcarse en el proyecto resume bastante su opinión: «Por supuesto que no lo haría. Estaría loca.»
La adaptación de Cincuenta sombras de Grey está basada en el libro homónimo de E. L. James, cuya sinopsis dice así: Ana Steele no es más que una estudiante de veintiún años cuando se enamora de Christian Grey, un millonario guapo y elegante de mirada penetrante. Sin embargo, Grey no es el clásico príncipe azul. Para que la relación siga adelante, Ana debe someterse por contrato a la práctica de una relación sexual sadomasoquista en la cual él será el dominante y ella la sometida. Porque Grey es un hombre cuyo pasado esconde muchas sombras pero a quien Ana, dispuesta a todo por amor, tratará de liberar de ellas.