Están los que prefieren ver todo en televisión y, por otro lado, los que prefieren el libro. Desde Infoliteraria no os vamos a dejar claro qué preferimos, para no condicionar a nadie, ya que vamos a hablar de la reciente adaptación del libro ‘El duque y yo‘ de Julia Quinn a la serie de televisión ‘Los Bridgerton‘ estrenado el día de Navidad. Este drama de la aclamada Shonda Rhimes (Anatomía de Grey) cuenta con ocho capítulos de una hora cada uno y abarcará solamente el primer libro de la saga.
Si tenemos en cuenta que las adaptaciones de los libros a la pantalla necesitan desbancarse del libro para crear un producto nuevo con un lenguaje, un ritmo y un espacio propio, nos da como resultado un producto bastante similar pero que, al fin y al cabo, es diferente. El ritmo en televisión se marca diferente ya que el espacio es limitado, en el libro, el autor puede explayarse el autor y dar una visión más introspectiva de los personajes.
Pues bien, metiéndonos en materia la trama de la serie y la trama del libro apenas se corresponden, Bueno, no seamos dramáticos. La historia en sí y los acontecimientos son los mismos pero la forma en que está contado es muy frenético en la serie de Netflix. El orden de los acontecimientos apenas coinciden y hay un punto fundamental en la historia que ni se corresponde con la realidad. Y es el desarrollo del personaje del protagonista el duque de Hastings. Su carácter, su personalidad y sus deficiencias que le caracterizan y que son fundamentales para contar la historia apenas se corresponde con la original. Y porqué decimos esto, porque es clave en la historia para entender el carácter del duque y la trama principal. Han intentado subsanar el origen y el carácter del duque con flashbacks del padre para justificar porqué en teoría es así. No sabemos el porqué de suprimir lo más fundamental de la historia y es el tartamudeo del duque. Es verdad que se menciona en los flashbacks, pero no se corresponde a la trama principal como ya hemos dicho.
Otro de los puntos importantes es que a pesar de las 300 páginas de libro se ha creado ocho capítulos se han centrado en desarrollar al resto de personajes y dándoles mucho protagonismo. En el libro salen pero son como un suspiro. Algunos de los personajes que están cobrando protagonismo son: las hermanas de Daphe, su madre y los aristócratas de la población londinense de la época. Que si bien es cierto, en el libro se mencionan y de algunos se habla algo más, pero apenas pasan como un suspiro en el libro.
Por otro lado, y sin caer en la polémica, al tratarse de una serie de época, se ha utilizado en algunas partes música actual modificada para que parezca de la época como la canción de ‘Girls like you’ de Maroon 5. Sinceramente, no pega. No es fea, pero no pega ni con cola. En la serie también se ha priorizado la inclusión social que descuadra un poco, no creemos que sea relevante el color de la piel para la actuación de unas personas pero, si tenemos en cuenta la época y dónde se desarrolla, chirría. Es Londres y finales del siglo XIX. Si fuera una serie actual no sería raro. Un ejemplo sería la Reina de Inglaterra, la esposa del rey Jorge.
Y aunque hemos devorado la serie ya os animamos a que le deis una oportunidad a los libros y a la serie de Netflix. Pero en ese orden. También os animamos a que le deis una oportunidad a la serie después de leer los libros. Aunque dure ocho horas, hablando en términos técnicos generales, es bastante idílica y placentera. Agradable de ver y, sobre todo, una apuesta segura si eres fan de las series de época.
