Supongo que, como lectores, también habréis pasado por algún momento en el que, lo único que habéis querido leer o, más bien, lo que os apetecía o necesitabais, era una lectura sencilla y fresca que os entretenga, os enganche y que os saque alguna carcajada. Por eso mismo quise leer la comedia romántica Las (des)ventajas de ser virgen, de Cameron Lund, una de las novedades que trae Duomo Ediciones este pasado mes de febrero, ya que cumple con todo esto y más.
Si sois de los que prefieren leer la sinopsis antes de comenzar con una lectura, necesito avisaros de que la sinopsis de esta novela contiene spoilers (personalmente me arrepiento de haberla leído).
Keely tiene dieciocho años, vive en una pequeña ciudad y va al instituto con el mismo grupo de personas desde la guardería. Cuando una de sus amigas, la popular Danielle, pierde la virginidad en su fiesta de cumpleaños, Keely piensa que es la única virgen de la clase y esto empieza a preocuparla. Entonces, un joven universitario increíblemente atractivo empieza a interesarse por ella. Pero ¿qué pasará cuando se entere de que nunca «lo ha hecho»? Para que es no ocurra, Keely traza un plan casi perfecto: pedirle ayuda a Andrew, su mejor amigo, quien puede enseñarle algunos truquillos y prepararla para el gran momento. El plan funcionará mientras sean, por supuesto, amigos, solo amigos. Aunque lo que Keely no sabe es que los planes, a veces, no salen como una espera.
La gente siempre dice: «Espera a estar preparada». Pero ¿cómo sabes cuándo lo estás? Si acostarte con alguien significa exponerte a un corazón roto, al ridículo o al dolor, no sé si estaré preparada algún día.
La novela está ambientada en un instituto de Estados Unidos, concretamente en segundo de bachillerato, donde sus protagonistas son los estudiantes de último curso antes de ir a la universidad. Todo empieza cuando Danielle pierde la virginidad en la fiesta de cumpleaños de Keely, la principal protagonista, y todo parece convertirse en una competición de quién ya ha perdido antes la virginidad y, si alguien aún no ha tenido su primera relación sexual, está mal visto por los demás.
Verdaderamente esta novela me ha recordado muchísimo a las “típicas pelis americanas” de instituto, estando los alumnos populares y los marginados, y donde los adolescentes sólo piensan en sexo. A pesar de ello, quiero destacar que la autora consigue hablar continuamente de sexo sin acudir a una escritura que contenga detalles explícitos (vamos que, si buscáis escenas picantes y detalladas, no las encontraréis).
Sin embargo, en Las (des)ventajas de ser virgen, no sólo se centra en el sexo, sino también todos los pensamientos y sentimientos que pueda llegar a tener un adolescente que siente la presión de su entorno para ser como los demás y no sentirse “un bicho raro”. Creo que la autora consigue tratar un tema sensible, como es la pérdida del concepto de virginidad, porque al final es eso, un concepto que la sociedad ha creado, y logra plasmar la diferencia abismal que hay entre cómo se percibe dicho concepto entre los chicos y las chicas. Para ellas es todo un mundo por la sensación de estar expuesta por una “condición” ficticia y, para ellos, no tiene la menor importancia. Es más, me ha gustado mucho que la autora haya transmitido una crítica feminista, desde este punto de vista: ¿por qué a una chica se la llama puta o zorra por haber tenido sexo, y a un chico se le vitorea y se le llama campeón por lo mismo?
Evidentemente no significa que siempre se dé esta diferencia abismal, es una generalización, pero no podemos negar que desgraciadamente ocurre.
Dejando a un lado esta parte más profunda, no hay que olvidar que también se trata el amor. No quiero mentiros, me encantan las historias románticas y, sin duda, en esta novela hay una muy entrañable.
¿Y en cuanto al lado cómico? Chapó. Quiero reconoceros que me ha sacado muchas carcajadas esta lectura con las ocurrencias y los diálogos de los personajes. Además, tengo una buena noticia para los fans de Harry Potter: hay bastantes alusiones a este mundo mágico de J.K. Rowling.
Finalmente, sin duda es una lectura que recomiendo plenamente: se lee enseguida (antes de darme cuenta, ya había devorado el libro), es fresco (no es para nada complejo de leer), divertido (carcajadas garantizadas), romántico (salseo inevitable) y feminista (fuerte crítica feminista desde el punto de vista del concepto de virginidad).
