Cuando descubrí la novela Cada dos semanas me llamó la atención porque pensé que sería una novela fresca y ligera que se leería en un suspiro pero la realidad ha sido un poco diferente.
La vida de Adam Moynihan solía ser maravillosa. Buenos amigos y una vida hogareña tan perfecta que podría haber salido en un programa de televisión de los años 50. Y entonces murió su hermano mayor.
Ahora, su madre, amante de la diversión, llora constantemente. Él y su otro hermano no consiguen hablar sin pelearse y el padre que siempre admiró, demostró ser un cobarde al marcharse cuando más lo necesitaban.
La vida de Jolene Timber no se parece en nada a las películas que tanto le gustan, al menos no a las felices. Como aspirante a directora, debería saberlo, pues lleva desde niña reintentando su vida constantemente. Con padres divorciados peleándose y usándola como peón, ningún tipo de juego mental le dará el amor por el que se muere.
Obligados a pasar fin de semanas alternos en el mismo edificio de apartamentos, el chico que cree que el perdón le hace débil y la chica que cree que el amor es para los tontos, forjan una amistad poco probable. Pero cuando la vida de uno empieza a recuperarse mientras la del otro de desmorona, se dan cuenta de que, enamorarse mientras se está rodeado de caos no asegura nada bueno.
En esta novela conocemos por una parte a Jolene, una chica que no está teniendo una situación fácil en su vida. Sus padres se han divorciado y pagan con su hija las consecuencias de este divorcio. Su padre casi no le presta atención, la deja sola en el apartamento en el que viven o en el mejor de los casos con su nueva pareja. Y la relación con su madre no es mucho mejor, puesto que siempre intenta llamar la atención de su exmarido a través de su hija. Por otra parte conocemos a Adam, un chico de la edad de Jolene que recientemente pasa los fines de semana en el mismo bloque de apartamentos que ella. Su situación familiar también es difícil, padres divorciados, y una madre que se muere de pena por la muerte reciente de uno de sus hijos.
Ambos se conocen en esos fines de semana que pasan que Adam pasa en el apartamento de su padre. Rápidamente se llevan bien, por todo lo que cada uno lleva a sus espaldas. Ambos están rotos por dentro y buscan escapar de la realidad en el poco tiempo que pasan juntos.
A pesar de que la novela explica una buena historia, sencilla y a la vez cargada de sentimientos no he conseguido conectar con ella. En muchos capítulos se me hacía bastante pesada la lectura porque tenía la sensación de que no pasaba nada. Y en lo referente a los sentimientos que transmite, me provocaba bastante tristeza ya que los protagonistas no lo están pasando bien en sus vidas y no consiguen estar ambos bien en prácticamente la totalidad del libro.
Puede que haya sido por la época en la que lo he leído ya que considero que es una historia muy bien escrita y que aporta mucha información sobre la adolescencia y cómo afrontar las situaciones difíciles.
En definitiva Cada dos semanas es una novela sencilla pero con un trasfondo necesario para entender la etapa adolescente y los problemas que puede generar una situación familiar difícil. No es una historia para todo el mundo por los temas que trata y las vivencias de los personajes.
