Editorial Molino publica ‘Una última parada’ de Casey McQuiston en otoño

Casey McQuiston, autora del libro superventas Rojo, blanco y sangre azul, publicó recientemente su novela romántica con personajes LGBT One Last Stop. Tan solo unas semanas después la Editorial Molino anuncia que la traerá a las librerías españolas el próximo otoño bajo el título Una última parada.

La editorial ha dado ya a conocer la portada, ilustrada por Lola Rodriguez, que difiere de la original, aunque conserva los tonos de esta. Algunos lectores han expresado su descontento con el cambio en las redes sociales, ya que en la versión española una de las protagonistas aparece más delgada, y la otra más femenina y sin rasgos racializados, rompiendo con la descripción de ellas en la novela y en la portada americana.

La novela, al igual que la anterior publicación de Casey McQuiston, tiene a dos protagonistas queer: August y Jane. Las dos se conocen en sus viajes diarios en tren y se crea una atracción fuerte entre ellas. Pero la autora incluye un elemento de ciencia ficción: Jane vive en la década de los 70 y August no.

McQuiston es conocida por la novela romántica Rojo, blanco y sangre azul. En ella el Príncipe de Inglaterra, Henry, y el hijo de la presidenta de Estados Unidos, Alex tendrán que aprender a dejar su odio mutuo a un lado por el bien de las relaciones internacionales. Pero cuanto más tiempo pasen juntos, mayor será su conexión y atracción, empezando una relación secreta que podría cambiarlo todo. En España la novela está publicada por RBA.

A continuación os dejamos la sinopsis de Una última parada:

August, de 23 años, no cree en muchas cosas: videntes, hacer amigos rápidamente, o encontrar el tipo de amor que se ve en las películas. Y, definitivamente, no cree que sus nuevos y dispares compañeros de piso, sus turnos de noche en la cafetería en la que trabaja, o sus diarios viajes al trabajo llenos de cortes eléctricos vayan a cambiar su perspectiva ante la vida.

Pero un día aparece Jane. La preciosa e imposible Jane.

Su fuerte carácter y su dulce sonrisa alegrarán el día de August en el momento que más lo necesita. Es la persona a la que August espera ver todos los días en el tren. La que le hace olvidar las ciudades en las que ha vivido, pero en las que no ha encajado, y su miedo a lo que pasará cuando finalmente se gradúe. Cuando August se da cuenta de que su enamoramiento es imposible -principalmente por el hecho de que Jane vive en los 70-, comienza a pensar que ya es el momento de empezar a creer.