Las críticas en ciertas zonas de EEUU hacia determinados libros son cada vez más crecientes. De hecho, algunas van acompañadas de peticiones para que se prohíba la enseñanza de algunos de ellos en escuelas e institutos por motivos religiosos o políticos. Por ejemplo, en partes como Tennessee, ya se censuró a finales de enero la novela gráfica Maus, muy conocida por hablar del holocausto y que se censuró por motivos de desnudez y referencias a Dios.

Pues bien, la cosa no sólo se queda ahí. Un párroco de Tennessee, el miércoles de esta semana llevo a cabo una quema de libros catalogados de brujería, entre los que se podías encontrar ejemplares de novelas muy conocidas como Harry Potter de J.K. Rowling o Crepúsculo de Stephenie Meyer. El líder de esta gran quema que se realizó fue el párroco Greg Locke, el cual dijo lo siguiente: «Somos conscientes de hacia donde vamos. Dejad de permitir que las influencias demoníacas entre en vuestra casa (…) es cien por cien brujería. La brujería y las cosas malditas deben desaparecer.» Este hombre, Greg Locke, ya fue expulsado en Twitter por difundir desinformación sobre las vacunas del Covid-19, ya que según él afirmaba que era agua azucarada.
A esta quema de libros, el párroco también pidió que se llevaran otros objetos como cartas de tarot, cristales sanadores, tableros de ouija…etc. En un vídeo en el que se ve cómo se realiza esta quema, se pueden observar como varias personas agarran objetos como una mochila de Harry Potter u otra de Maléfica y las tiran al fuego entre festejos. Esta no es la primera vez que Harry Potter recibe censuras en Tennessee. En 2019, una escuela de formación católica retiró los siete libros que integran la saga del mago con el argumento de que sus páginas «contienen maldiciones y hechizos reales».