Tras ganar el Premio Chic de novela romántica con Maldito síndrome de Estocolmo, Carmen Sereno nos sorprende con Nadie muere en Wellington. Desde que vi esta portada y este título tan peculiar supe que quería leer esta novela, y me arrepiento de no haberlo hecho mucho antes.
Noviembre de 1999, Londres. Emma lleva una existencia triste y anodina desde la muerte de sus padres, pero cuando la tragedia la golpea de nuevo, decide dar un giro a su vida y empezar de cero en Wellington, la ciudad más feliz del planeta. Allí conoce a David, el misterioso dueño de una pequeña cafetería que la ayudará a instalarse, aunque también esconde muchas cicatrices que lo atormentan.
¿Serán capaces Emma y David de dejar atrás los fantasmas del pasado y concederse una segunda oportunidad?
La novela está protagonizada por Emma, una chica que lleva una vida muy rutinaria en Londres. Nadie muere en Wellington empieza cuando de la noche a la mañana un trágico suceso golpea la vida de Emma. Esta, decide romper con su vida y, de manera totalmente improvisada irse a vivir a Nueva Zelanda.
Poco a poco vamos a ir conociendo como es su nueva vida en Wellington junto a David que le ofrece trabajo en su cafetería, junto a Kauri, un maorí que le explica más sobre su cultura, y todas esas personas que irá conociendo en su loca aventura en Nueva Zelanda.
Si sois amantes de Sarah Lark os adelanto que Nadie muere en Wellington os va a encantar. Antes de enfrascarme en esta novela leí Bajo cielos lejanos de Sarah Lark y conocí un poco como había sido el pasado y el presente en Nueva Zelanda. Si no habéis leído a Sarah Lark y para vosotros Nueva Zelanda es un gran desconocido no os preocupéis, Carmen Sereno te transporta al país de la nube blanca con Nadie muere en Wellington. He aprendido muchísimo sobre cultura y expresiones, y es que en la novela la autora introduce muchas palabras en maorí, además de productos típicos que hacen que realmente te transportes allí por unas horas.
Los personajes esconden un gran misterio a su alrededor, y es que tanto Emma como David arrastran un pasado triste del que poco a poco iremos sabiendo más. Ambos personajes sufren una gran evolución a lo largo de la historia. El personaje de Kauri es clave en la historia, la vida que lleva, su manera de expresarse, su familia, son claves para que sientas que realmente estas en Nueva Zelanda.
La pluma de Carmen Sereno ha sido todo un descubrimiento, su manera de narrar, la documentación que hay detrás de la novela, todo ha hecho que me enfrasque en la lectura y que me enamoré de los personajes. Y algo que quiero destacar por encima de todo ha sido ese amor que se va desarrollando poco a poco a través de las páginas y que va haciendo que no puedas dejar de leer, porque crees saber que pasará pero la autora logra despistarte.
En conclusión Nadie muere en Wellington me ha encantado, la pluma de la escritora, los personajes, esa historia de amor cociéndose a fuego lento, lo único de lo que me arrepiento es de no haberla leído mucho antes.