Uno de los valores de Ediciones Freya es que los lectores no tengan que esperar mucho tiempo a la publicación del siguiente volumen de una saga. Y parece cumplirlo, pues, tras los recientes lanzamientos de Las guerras de la alianza y Las guerras de los cuervos, la editorial no ha tardado en incluir la tercera y última parte para octubre de este año. Las guerras de las hijas, de la escritora Laura G. W. Messer, pone el broche final a la trilogía Guerras.
Con una maravillosa cubierta de la artista freelance Eicinic, Ediciones Freya ha compartido la cubierta de Las guerras de las hijas, cuya preventa comenzará el 4 de octubre y terminará el 14 del mismo mes. La propia editorial ha definido a Las guerras de las hijas como una novela donde el lector encontrarán «magia (mucha magia), intrigas palaciegas, politiqueo, salseo, dramas, traiciones y una historia que te mantiene en vilo constantemente».
Aunque aún desconocemos la sinopsis de Las guerras de las hijas, la sucinta descripción que ha dado la editorial es suficiente para aguardar con muchísimas ganas su publicación. Mientras esta llega, os dejamos la sinopsis de Las guerras de los cuervos, segundo volumen de la trilogía Guerras:
Desde que la Gran Guerra terminó hace cinco años gracias a que Shesh, la salvadora de Velaria, aplastó Menaes, el Mundo Conocido ha cambiado. Aunque ahora Niola tan solo es un pedazo más del vasto Imperio, que no se detiene en su afán conquistador, no todos en la capital se sienten cómodos con el poder que amasa la Mulierdona gracias a su hoja oculta: Cuervo.
Mientras que en la capital se tejen los entresijos del nuevo Imperio, hay quienes buscan que regrese la normalidad. En el Reino, los niolanos rebeldes se resisten a caer en el olvido y están decididos a luchar contra el yugo velariense con todo el poder de sus ondas.
Algo más lejos, huyendo del caos y la destrucción, Kuenre descubre que no puede ignorar quién es y, si quiere proteger a quienes ama, tendrá que superar sus miedos y plantarles cara siendo una nueva persona.
Seis sombras se ciernen sobre el mundo para aportar a las guerras un nuevo color: el negro de sus plumas manchadas de sangre.