En cuanto me enteré de que este libro iba a salir, y después de ver a la propia autora hablar de él en la presentación que hizo a través de instagram, tuve muy claro que La tinta que nos une tenía que ser un libro que pasara por mis manos para poder leer por primera vez a Paula Gallego, y más teniendo su otra novela Una tormenta de fuego esperando también en la estantería para ser leído. Y menos mal que lo hice.
París, 1950. La directora de Le Libéré decide dar voz a mujeres que no la tienen. Hasret, que acaba de llegar de Turquía buscando un futuro mejor para ella y para su bebé, contará su relato en el diario. Su voz será el camino que unirá dos vidas en apariencia muy diferentes: la de Kael, un amigo suyo que trabaja en un centro de menores, y la de Anik, una joven periodista que redactará por ella la historia que no sabe escribir.
Esta historia se sitúa en los años 50 en París, donde conocemos a los tres protagonistas principales de la novela: Anik, Hasret y Kael. Al principio, parece que los tres protagonistas no tienen ningún tipo de conexión, pero a lo largo de la novela vemos como sus caminos se van entrelazando hasta que todo cobra sentido al final. El libro está contado por estas tres voces, en las que podemos ver lo que sienten cada uno de los protagonistas desde su propio punto de vista.
No quiero contar nada en concreto de la trama de La tinta que nos une, ya que desde mi punto de vista es una historia para descubrirla sin saber nada y ante todo es un libro 100% de personajes, y sin lugar a dudas este es el gran punto positivo que tengo que recalcar de la historia, y es que son impecables. Paula Gallego ha creado unos personajes en esta historia muy cercanos y con los que es muy fácil conectar desde el primer momento. Es más, esto no sólo lo consigue con los principales, sino que también con los secundarios. Sin lugar a dudas creo que hay una palabra que definiría muy bien a la mayoría de los personajes: superación. La gran mayoría tienen una evolución a lo largo de la historia y eso sólo hacía que la novela fuese mejorando más y más a cada momento.
Por eso mismo, cuando hablo del libro me gusta decir que esta historia contiene un viaje. Pero ya no sólo porque en la historia los personajes se tengan que enfrentar a uno, sino porque es un viaje emocional tanto para el lector como para los personajes. Y todo ello es gracias a la pluma de la autora, que no sólo hace que te enganches a la historia y se lea en nada, sino que también consigue transmitirte los sentimientos adecuados en cada momento. De hecho, la novela tiene dos capítulos que para mi marcan un antes y un después en el libro que me rompieron en mil pedazos, y que sin lugar a dudas para mí es el momento más duro de la historia.
Aunque haya dejado claro que la novela es de personajes, quiero recalcar que para nada es una historia escasa de acción o de momentos de enganche. Porque para nada, ya que como he dicho antes, el libro engancha y es precisamente porque todo el tiempo quieres saber más y más. Además, en el libro también se pueden encontrar toques feministas, amor en todo el sentido de la palabra, superación y ante todo esperanza. Creo que esta última sin duda es la palabra que mejor define la novela. O al menos, es la sensación que me dejó a mi tras leer el epílogo, el cual por cierto no sabía que necesitaba tanto para ponerle el punto y final a esta historia hasta que no lo leí.
En definitiva, La tinta que nos une es una novela es la que encontraréis a unos personajes inolvidables que os transmitirán una buena dosis de feminismo, amor, superación, valentía y esperanza que seguramente se queden con vosotros durante un largo periodo de tiempo. Decir que la recomiendo es quedarse corta.
