Nada más leer la sinopsis de Magia a la luz de la luna supe que quería leerlo, además de las buenas críticas que ya había leído cuando salió a la venta en Estados Unidos. Sin embargo, fue la sinopsis la que me hizo acabar de decidirme. Quizá por ello me cree una gran expectativa al tener el libro en mis manos, decepcionándome en algunos aspectos y reflejándose en la nota final.

Ximena es la falsa Condesa, una tapadera para proteger a la última integrante de la familia real Ilustre. Su gente lo perdió todo cuando el usurpador, Atoc, utilizó una antigua reliquia expulsar a los Ilustres de La Ciudad. A Ximena la mueven la sed de venganza y una peculiar habilidad para tejer tapices mágicos con la luz de la luna. Cuando Atoc pide la mano en matrimonio a la Condesa, es el deber de Ximena ir en su lugar. Aprovechará esta oportunidad para encontrar esa misteriosa reliquia y devolver a la verdadera aristócrata al lugar que le corresponde. Sin embargo, cuando un enmascarado justiciero, una bondadosa princesa y un atento curandero desafían a Ximena, su misión se complica. Podría haber otra manera de derrocar al usurpador sin tener que iniciar una nueva guerra, pero solo si Ximena da la espalda a la rebelión y a su Condesa.
Ximena se hace pasar por la Condesa de los Ilustres para mantener a salvo a la verdadera. A pesar de que se encuentra en un puesto falso, ella sería más feliz si no desempeñara ese papel. Llega un momento en que Ximena tiene que tomar la decisión de casarse con su enemigo para salvar al pueblo, emprendiendo un viaje que la hará abrir los ojos de aquello que ella consideraba conocer y ser verdad. Se verá obligada a tomar decisiones difíciles.
El debut de Isabel Ibáñez es una novela juvenil que está escrita de una forma sencilla, donde mezcla la política, la historia, la cultura boliviana, la magia y la fantasía. Además de un toque romántico. Por un lado, me gustó la forma en que describe la comida boliviana, ya que en alguna ocasión querías probar alguno de los manjares que se describía. El sistema mágico que describe la escritora es bello, Ximena está ligada con la luna y por ello nos muestra su maravilloso poder. Ahora bien, la magia que nos explica en la historia está vagamente definida y prácticamente presenta el de la protagonista.
Los personajes secundarios estaban bien realizados, convincentes y excelentemente retratados. Personalmente, me gustó especialmente la Princesa Tamaya, la hermana de Atoc, y también el curandero Rumi. Ambos personajes llegan a tener un papel importante en el viaje de Ximena. Aparentemente Ximena ha sido la doble de la Condesa desde los 8 años, no obstante, parece que no está preparada para el papel y hasta ella misma se llega a dar cuenta. Es impulsiva e irrespetuosa, y parece orgullosa de sí misma por actuar de esta manera, mientras al mismo tiempo dice que la verdadera Condesa nunca actuaría de esa forma. Entonces, si se da cuenta que esas cosas que no debería de hacerlas, no debería actuar de esa forma, dando en varias ocasiones esta contradicción. Para alguien tan preocupado por no revelar la tapadera, no dejaba de hacerlo, perdiendo credibilidad en la historia.
El final es bastante sencillo, me agradó la forma en que terminó la historia, dejando una puerta abierta para un nuevo libro (confirmado el segundo libro). Creo que es un buen libro para haber leído en el confinamiento, ya que no provoca ansiedad y garantiza un buen final. La trama de la historia es bastante predecible, no hay grandes giros que muchos lectores están acostumbrados en novelas de fantasía. Seguramente para un lector que lee poca fantasía juvenil le ofrezca mucho más que a una persona que es lector habitual.
En conclusión, es una lectura ligera para lectores que busquen algo sencillo, que no estén acostumbrados a leer fantasía y quieran adentrarse a este tipo de género, y que además quieran conocer todo tipo de manjares que harán que tengas ganas de probarlos.