Hoy, 15 de septiembre, Agatha Christie cumpliría 131 años, y en Infoliteraria no podemos no celebrarlo. Por eso hemos decidido recopilar algunas de las cosas más curiosas sobre la autora.
¿Sabías que Agatha Christie no es completamente quién decía ser? Bueno, al menos al cien por cien. Así es, la reina del crimen tal y como la conocemos ahora, tenía ciertas ambiciones como escritora romántica, y llegó a publicar hasta seis novelas de romance bajo el seudónimo Mary Westmacott. Y para más inri, no solo se alejó de su profesión en cuanto a géneros literarios se refiere. Agatha trabajó como boticaria en un hospital durante la Primera Guerra Mundial, donde aprendió todo lo que sabía sobre venenos y que no dudó en usar en algunas de sus novelas.
Además, con sus primeros ingresos como escritora se compró su propio coche, algo muy impactante, si tenemos en cuenta la época en la que vivía. La autora siempre quiso tener uno.
Su obra La Ratonera, ha sido la más representada, ya que se lleva representando de forma ininterrumpida desde 1952, y todo esto sin que cese su éxito. Tanto es así, que es una de las autoras más leídas de la historia, incluso más que Shakespeare. Es una representante del misterio y de la literatura como tal, aunque eso no hace falta que nos lo juren, ¿no?
La autora siempre ha estado rodeada de misterio, y no solo hablamos de las historias que escribía y que la catapultaron a la fama. Su vida personal también ha estado siempre rodeada de muerte y desgracia. De hecho, estuvo once días completamente desaparecida. Todo el mundo se preguntaba dónde estaría, ¿secuestrada?, ¿asesinada?. Algunos hasta pensaban que todo era una estratagema publicitaria. La verdad es que se encontraba inconsciente en un balneario donde se había inscrito bajo el nombre de la amante de su marido, un hombre al que amaba a pesar de haberla dejado por otra mujer. Además su madre había muerto poco antes. La autora no recordaba nada, y es que sufrió tal rotura de corazón que quedó temporalmente amnésica. Decía no recordar nada de lo sucedido.
Agatha sentía una gran fascinación por Egipto y no dudaba en reflejarlo en sus escritos, y esto lo podemos ver en obras como Muerte en el Nilo, Cita con la muerte o Asesinato en Mesopotamia, entre otras. Bueno, quizá no deberíamos decir sus escritos, si no los de su asistente, ya que la pobre Agatha sufría de disgrafía. Esto es una condición en los músculos que atrofian la mano. Esto no la imposibilitó a escribir, pero sí que hacía su letra ilegible, por lo que contrató a un asistente que le ayudó a escribir.
Finalmente, falleció a los 85 años sin mucho misterio. La autora falleció por causas naturales nombrada Doctora Honoris Causa y Dama del Imperio Británico. A día de hoy se puede encontrar una escultura suya en Londres, concretamente en Covent Garden.
Y bien, ¿conocías alguna de estas curiosidades? La verdad es que para nosotras, Agatha es una escritora referente, y estamos seguras de que su obra se seguirá extendiendo por, al menos, otros 130 años más. Y si no, que se lo digan a al sello editorial Espasa y sus reediciones de la autora, a las que por cierto, se acaban de añadir El truco de los Espejos y El misterio del Tren Azul.
