Esta edición de #LeoAutoras en Infoliteraria no sería lo mismo si no mencionáramos a una de las escritoras más importantes de todos los tiempos, la creadora de la primera novela de ciencia ficción moderna: Mary Shelley.
A Mary Shelley la conocemos principalmente por su obra maestra Frankenstein o el moderno Prometeo (1818), cuyo subtexto e historia es relevante hasta el día de hoy.
Mary Shelley nació el 30 de agosto de 1797 en Sommers Town en Londres y murió con cincuenta y tres años el 1 de febrero de 1851. Mary se crio en un ambiente que propagaba la cultura: su padre era el filósofo y político William Godwin y su madre la escritora y activista feminista Mary Wollstonecraft –conocida por su obra ensayística Vindicación de los derechos de la mujer–.
En este ambiente, Mary creció leyendo y educándose de todo lo que pudo, leyó muchos libros sobre los avances científicos de la electricidad y de la botánica, aspectos que se ven reflejados en Frankenstein.
Se puede decir que Mary Shelley fue una de las primeras mujeres que pudo vivir de la literatura, algo muy difícil en esta época para una mujer.
Mary se casó con el poeta Percy Shelley, pero este murió cuando Mary tan solo tenía veinticuatro años, así que Mary se dedicó el resto de su vida a preservar la obra de su marido y asegurarse de su legado. Si no hubiera sido por ella, la obra de Percy se hubiera perdido.
Debemos tener en cuenta que, en el Romanticismo, la poesía era el género que se consideraba más «elevado» y la novela se consideraba un género inferior. Al quedar la novela relegada como género inferior, es aquí donde mujeres como Mary Shelley podían intentar hacerse un hueco.
Mary escribió Frankenstein cuando era muy joven, apenas tenía entre dieciocho y veinte años. Aunque su obra posterior es muy interesante, como son ejemplo Mathilda, El último hombre (1826) o Lodore (1835), estas han sido muchísimo menos estudiadas.
Todos conocemos la historia de origen de Frankenstein: Mary y Percy, Jane Clairmont y John Polidori visitaron a Lord Byron que residía en Villa Diodati en Suiza y se entretuvieron una día leyendo historias de fantasmas. A propósito de ello, Byron les propuso a todos escribir una historia de terror y fue aquí donde Mary empezó a trabajar en la obra que se convertiría en Frankenstein. Esta obra maestra de la literatura que no habría sido posible sin el bagaje cultural de Mary y, por supuesto, su talento como escritora. En ella, Mary trata temas como las consecuencias del progreso y de la ambición, ambos temas perfectamente aplicables a nuestra realidad actual. Además, aunque los personajes principales de la novela sean Víctor y el monstruo, a través de los diferentes personajes femeninos Mary critica el modelo de la mujer de la época, puesto que aquellas que no se conforman a este ideal son las que acaban con destinos aciagos en la novela.
Mary no solo acabó viuda muy joven, sino que también había perdido a dos de sus hijos y su medio hermana Fanny se suicidó. A pesar de todas estas dificultades, continuó escribiendo mientras trabajaba para mantenerse a sí misma y a su hijo, a la vez que continuaba preservando la obra literaria de su marido.
Mary, a pesar de haber nacido en un entorno privilegiado, tuvo una vida llena de tragedia y de pérdidas y aún así pudo construir una maravillosa obra literaria y dar los primeros pasos en la ciencia ficción moderna. Gracias a autoras como ella, hoy podemos leer a muchas más escritoras de este género, pero nunca debemos olvidar a pioneras como Mary Shelley, que son las que primero abrieron el camino.
