Hace ya más de diez años que Graceling, de Kristin Cashore llegó a librerías y arrasó el corazón de los fans. Y no es de extrañar, ya que esta historia sobre una heroína con los ojos de dos colores distintos, cuya habilidad especial es matar, conquistó a miles de lectores.


Hace unos meses, la editorial Puck anunció que estaría reeditando esta saga entera, ya que estaba discontinuada desde hacía varios años.
La saga, llamada Los Siete Reinos, comienza con Graceling, continúa con Fuego y cerraba con Bitterblue. O al menos, eso parecía, ya que mientras que al mercado hispanohablante no llegaba una cuarta parte, esta –Winterkeep- continuaba el ciclo de la historia varios años más tarde.
Y es que es una historia muy peculiar, porque sigue una narración que da saltos en el tiempo, siguiendo a distintas protagonistas a lo largo de los años, pero con hechos que sí que eran consecuentes. Al contrario que en otras sagas companion, para leer esta historia sí es necesario seguir el orden de publicación de los libros.
Además, también conocíamos hace algunos meses que la autora, Kristin Cashore, rescataba la saga de Los Siete Reinos, y se lanzaba a publicar un quinto libro, Seasparrow.
Graceling saldrá por fin en español de la mano de Puck el 6 de septiembre con una nueva portada, y mientras tanto, os dejamos con la sinopsis.
Soy Katsa.
Soy una graceling.
Y MI GRACIA ES MATAR.
KATSA ES UNA GRACELING, una de esas personas únicas que nacen con un don especial: una gracia. Como sobrina del rey, ha disfrutado de una vida de privilegios, hasta el día en que, durante un banquete real, su habilidad para matar con sus propias manos salió a la luz. Desde entonces se ha visto obligada a trabajar para su tío, viajando por el reino y amenazando a aquellos que se atreven a oponerse al monarca.
Pero todo cambia cuando conoce a Po, un príncipe extranjero dotado de habilidades especiales para el combate que busca la verdad sobre la desaparición de su abuelo. Cuando Katsa acepta ayudarlo, lo último que espera es descubrir la verdad sobre su propia gracia y sobre un terrible secreto que podría acabar con todos.
«Conocía su propia naturaleza. Si estuviera cara a cara con ella, la reconocería. Sería un monstruo de ojos azules y verdes con aspecto de lobo que emitía gruñidos.
Una bestia despiadada que les daba palizas a sus amigos con una ira incontrolable, una asesina que se ofrecía como vehículo de la furia del rey.
Pero, a su vez, era un monstruo extraño, porque bajo esa apariencia estaba asustada y asqueada por su propia violencia.
Se castigaba a sí misma por su salvajismo. Y a veces no tenía estómago para tanta violencia y se rebelaba contra sí misma».