¿Cuántas veces has intentado ponerte a leer pero tu mente no está donde tiene que estar? Sientes que solamente ves palabras y eso te estresa, haciendo que al final termines cerrando el libro para hacer alguna otra cosa, y te frustras. ¿Ves como algo imposible disfrutar de una lectura sin distracciones?
Los libros nos ayudan a escapar de nuestra vida y realidad para desconectar. No obstante, hay momentos en los que nuestro cerebro parece querer jugarnos una mala pasada. O al contrario, quizás tu problema no sea que no puedas concentrarte en lo que leas, sino que te distraes a la mínima por cualquier cosa. Tranquilo, querido lector. Muchos de los problemas tienen solución, y aunque quizás no sea el antídoto universal, puede que alguno de estos pequeños trucos te ayuden a disfrutar de tus libros.
1. Un entorno adecuado
No todos tenemos la capacidad de que al leer nuestros oídos desconecten, así que hay que encontrar espacios que se adecuen a nuestras necesidad, y en este caso buscamos calma. Pues nuestro objetivo es una lectura sin distracciones.
Es fácil entender que nuestra cama sea un sitio cómodo, con la manta, el pijama y unas velas si lo deseas. Aunque muchas veces el desorden puede desconcentrarnos, pues nos recuerda que debemos hacer otras cosas y que no estamos siendo productivos. No obstante, todos nos merecemos descansos, así que si ves que lo que tienes en tu habitación te estorba, dedica unos cinco o diez minutos para ordenar algo rápidamente y sentirte más en calma. Dicen que un espacio ordenado es una mente ordenada.
Y aunque nuestras habitaciones suelen ser un refugio recurrente, no hace falta que ese sea el único sitio. Aquí es donde se inicia la búsqueda de nuestro lugar ideal. ¿Te gusta el café? Ve a probar esa cafetería que siempre ves medio vacía, esa donde quizás alguna vez has estudiado. Prueba a tomarte algo y sentarte en un rinconcito mientras lees tus historias. O quizás necesites silencio completamente pero no quieres encerrarte en tu cuarto. Entonces una posibilidad es irte a la biblioteca de tu ciudad. Ay, nuestras famosas bibliotecas, estanterías y estanterías llenas de libros que esperan a ser leídos y que siguen llenándose. Un sitio que de normal no es muy recurrente, y más cuando hace frío, es el parque o la montaña. No hablamos de las montañas llenas de rocas, sino de esa pequeña colina que muchos pueblos pueden llegar a tener, y sino, un parque con un banco alejado de la civilización no está nada mal.
2. ¡Fuera el móvil!
Vamos a ser sinceros. En la sociedad en la que vivimos parece que el móvil sea una extensión de la mano, vivimos pegados a ellos, y aunque tengan muchas ventajas, parece que nos quiten la vida poco a poco. Nos unimos tanto a ellos que es normal que no leamos tras habernos pasado las últimas cinco horas mirando vídeos por varias redes sociales. Es algo que ocurre, y no nos damos cuenta. Así que el móvil bien apartadito cuando leas, así te asegurarás de disfrutar de una lectura sin distracciones.
A ver, no es para ser radicales, pero si eres de los que leen en físico, que la pantalla del móvil brille a cada vez que recibes una notificación… Al final uno se desconcentra. Así que te invito a ponerlo en modo silencio y lejos de tus manos, para evitar las tentaciones. Y si eres de los que leen por este mismo dispositivo, quizás ponerlo en modo avión sea una opción muy acertada.
3. ¿Música o no música?
Quizás ponerte la playlist de tus canciones favoritas no sea la mejor idea del mundo, pero siempre está la opción de ponerte música ambiental o instrumental. Desde la banda sonora de tu película favorita hasta un vídeo de cinco horas con lluvia de fondo. Tenemos la suerte de que en internet se encuentra de todo, y para gustos colores. A veces tener esa canción rodeándote y envolviéndote te hace desconectar de todo lo que está a tu lado, metiéndote en el libro sin darte cuenta.
Tranquilo, si sabes que igual te desconcentrarás y eres de los que necesita que sí o sí haya silencio. Quizás una buena solución podría ser tener unos auriculares insonorizados, con los que puedas evitar cualquier ruido. Y así nada ni nadie podrá detenerte en tu lectura.
4. Estado mental
La vida es un constante ir y venir de lugares. Siempre hay algo por hacer y eso nos afecta. El estrés es algo que nos persigue a diario y normalmente encontramos descanso en los libros, pero queramos o no, nuestras preocupaciones nos acechan en el fondo de la mente. Y es que necesitamos tranquilidad mientras leemos, sino no nos concentramos.
Una ducha después de un largo día relaja los músculos, un té caliente… Aquí esto va un poco más para lo personal, cualquier cosa para entrar en un estado de paz y relajación. Meditar es una de las formas más seguras de lograrlo, siguiendo tu respiración o siguiendo un vídeo tutorial. Vaciar tu mente de preocupaciones hará que solamente te centres en tu lectura sin distracciones por las cosas que a veces nos pueden rondar por la cabeza.
Leer es un lugar de comodidad para los lectores, queremos esos pensamientos intrusivos bien lejos por un rato para permitir que nuestra mente vuele hasta el infinito y más allá.
Siempre amando los artículos de este blog <3